martes, 30 de septiembre de 2014

Turisteo por Santiago

Santiago de Chile es una ciudad extraña, al menos bajo mi punto de vista. No consigo ubicarla en ningún arquetipo concreto de ciudad, ya que no se parece a ninguna otra gran urbe que haya visitado antes. Tiene el ajetreo propio de una gran ciudad, pero a la vez transmite al visitante una confortable sensación de serenidad contagiada quizá por el carácter amable de sus gentes.Su imponente catedral, y su multitud de puestos callejeros mezclan a lugareños y turistas que se pierden por sus calles siempre bajo la perpetua mirada de Los Andes.

Después de esta pequeña introducción digna del premio pulitzer, vamos a lo que ha dado de si el día. Después de ver los partidos de Champions en casa de Manu a una hora poco habitual (las 15,45 de la tarde) me he ido a dar una vuelta por el centro de Santiago. me ha llamado la atención la cantidad de tiendas de rodamientos que había seguidas... si si de rodamientos, únicamente de rodamientos. se lo he comentado a Manu más tarde y me dice que hay otra calle en la que todo son ópticas, extraña forma de competencia..He entrado a una farmacia para comprar unas gotas para la nariz y al ver que era turista, el farmacéutico quería cobrarme mas de 10 euros por ellas,le he dicho que eran muy caras y me he marchado sin comprarlas, he pensado que la siguiente vez voy a hacerme el mudo, a ver si así no notan mi acento y me cobran lo que realmente valen. Otra cosa que me ha llamado la atención es que apenas hay bares, hay restaurantes, pizzerias etc, pero no hay cervecerías o bares para tomarse una cerveza tal cual, sin comer.

Junto a la Plaza de Armas hay un callejón con varios puestos callejeros así que me he metido para allí a curiosear y me he tomado una cerveza bien fría acompañada de un perrito caliente. He estado charlando con el camarero un buen rato, ya que le interesaba mucho la liga española y no hacía mas que preguntarme sobre equipos y jugadores.

Me ha llamado la atención que hay algunos locales donde solo ponen cafés, hasta ahí todo normal, la historia es que  las barras no tienen parte de abajo y a las camareras se les ven las piernas. Van con faldas muy cortas y ceñidas, son los llamados "cafés con piernas", me dice Manu que en algunos de estos cafés hay camareras que van incluso en bikini... que cosas se ven por el mundo jajaja. Hemos cenado algo por ahí y ahora estamos en casa, desde donde escribo estas líneas, que mañana toca viajar hacia Bariloche y hay que descansar un poco. Aquí os dejo un par de fotos.





Lugareños jugando a las damas en plena calle.



                                                 
Forastero comiendo papas.


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