martes, 21 de octubre de 2014

Bienvenidos al fin del mundo...

Buenas!!, hoy como era de esperar, os escribo desde Usuhaia, la ciudad más austral de la tierra, la civilización mas cercana a la Antártida...

Mirando al mar, y dejandose acariciar por el viento helado del polo sur, uno casi puede verse en la piel de un explorador varios siglos atrás... Surcando los mares en esas goletas de velas infinitas, con catalejo en mano, y desmesuradas ansias de conquista.

Si avanzamos unos siglos en la historia, podemos ser también Wilson, o Scott, y adentrarnos en una carrera a contrarreloj por ser el primer hombre en poner el pie en el continente helado.

Pero de pronto salimos de nuestro ensimismamiento, y nos tenemos que conformar con navegar por el canal de Beagle como un turista más, que pensándolo bien, tampoco está tan mal, ya que mientras disfrutamos de tan grandioso espectáculo, podemos parapetarnos tras una cazadora de gore-tex, y aferrarnos con buena gana a una taza de café caliente.

Usuhaia no es una ciudad muy bonita que digamos, pero se respira un ambiente místico que la hace especial. Esta mañana he hecho un treeking a un cerro para ver un glaciar, pero había mucha nieve, y me ha sido imposible llegar a contemplarlo.

Ayer a la tarde visité el antiguo presidio, y el museo marítimo, pero tampoco fue una visita digna de destacar. 

Lo que si ha sido algo espectacular, como habréis podido deducir por la introducción novelesca de esta entrada, ha sido la navegación por el canal de Beagle, de la que he disfrutado como un chipirón.

Os  dejo como casi siempre, testimonio gráfico de lo que ha dado de sí la "Expedición Eric", por estos confines de la tierra.

Mañana pondré rumbo a otros mares algo menos gélidos, y recalaré en Puerto Madryn, en la península de Valdés, para cumplir un sueño de la infancia, y contemplar de cerca a la ballena franca austral, sin duda el colofón a un viaje que nunca podré olvidar.











2 comentarios:

  1. Muy bonito todo, disfruta que va quedando menos.

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  2. ¡Qué belleza! Ya teníamos ganas de volver a saber de ti,estábamos impacientes por leer la siguiente entrega de tu relato. Ahora a disfrutar de las ballenas, que son lo tuyo.

    Muchos besos y que disfrutes de los cetáceos.

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